En el seminario de esta semana, los profesores han elegido que debíamos hacer ¡una mayo de escayola! Tal vez pueda parecer una tontería, pero tanto mis compañer@s como yo parecemos niños pequeños con ganas de experimentar y pasárnoslo bien, ¿tan raro es de entender?
Las personas adultas asumen, en cierto momento de su vida, que ya es hora de comportarse de una manera seria y adulta si queremos que se nos tenga en cuenta. Eso de expresar nerviosismo e ilusión por una actividad cualquiera se no está vetado, y sólo se le permite mostrar dichos sentimientos a los niños y niñas pero, ¿por qué?
Hay que disfrutar de las pequeñas cosas que la vida nos ofrece, y no encuentro un ejemplo más claro hoy que éste. ¡Vamos a pringarnos, a experimentar con nuestras manos y a disfrutarlo!
Gracias infinitas a Andrea Rubia por estar presente en esta clase, y ser capaz de trasmitirnos sus ganas por enseñar y construir junto a los alumnos. Andrea, eres un ejemplo a seguir por todos nosotros.
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